miércoles, 24 de junio de 2009

Oh god, I'm in love.

He estado robando palabras de otros, evitando confesar con las propias lo que siento por ti.

Encontré en mi camino grandes enamorados, algunos ofrecen la vida y la eternidad; otros son mas reservados y ofrecen protección y calor. Algunos me hicieron llorar, otros sonreír y hasta sonrojar. Me sorprende como hay tantas maneras de amar.

Después de todo esto, decidí utilizar mis propias palabras una vez, dejarlas salir desde donde las estoy sintiendo y finalmente decir que te amo y que me dueles tanto. Que mi memoria no retiene y que necesito que me recuerdes a diario que estas ahí, que en alguna parte del mundo piensas en mi.

Decir que yo sabía que el amor dolía pero que no recordaba a que grado. Que tu ausencia reduce mi vida a diario, que mi corazón esta soportando una carga muy pesada y que a veces siento que ya no puedo más.

Quisiera renunciar a esta tortura, imaginar que nunca te conocí y que no toqué tus labios de seda, que esos ojos y sus aguas claras no son los que me bañan de esperanza cada mañana, que la luna de tu cara no ilumina mas mis noches... quedaría en penumbra eterna, sin jamás haber conocido la luz.

Solo conozco el dolor y la tristeza porque ya he conocido la felicidad y el placer intenso de tu presencia.

Me devolviste lo humano, el derecho al error y a las lagrimas. Pero, ¿Dónde estas para guiarme? Me tocaste y desapareciste. Ahora desespero, no te puedo encontrar. ¿Dónde esta el hombre que prometió amarme hasta el último día? ¿Dónde estas?

Creo que estoy realmente enamorada, como no lo hubiera imaginado jamás y tengo miedo porque este amor se eleva día a día y una caída aún más alta se anuncia con cada mañana.

Tengo miedo del ocaso en las tardes que no me tomas de la mano. Tengo miedo de poner todas mis esperanzas en un amor de cristal. Tengo miedo del amor.

Diana Gómez Rodríguez

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