Tus ojos de hielo, ese blanco intenso tu frialdad.
Pero en el centro escondido por miedo al dolor, encuentro el café de tu calor.
Eres tibio como un desayuno al sol, mirada de niño.
Y tan frio en ocaciones como quien no tiene corazón, como quien en la vida no ha encontrado jamás una flor de un color diferente entre toda las demás que parecían iguales.
Como quien se hundió en el mundo material, que no imagina más alla, que ha dejado de soñar.
Y como duele encontrarte asi, sin esperanza y sin ganas de encontrarla.
Yo te daría cada segundo, cada centímetro de mi si tan solo tu me dijeras hacia donde vamos y que es lo que quieres alcanzar.
Te extraño, pero sobre todo extraño tus sueños del pasado.
DGR